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Auto-consumo energético, el futuro

abril 23, 2012

El ámbito energético es una fuente abundante de la literatura diaria, dada su alcance y la sensibilidad que tiene cara al ciclo económico.

La economía española arrastra un ancestral retardo tecnológico, por la propia existencia de un monopolio de oferta, aunque igualmente arrastra unos usos y costumbres propios de un lugar en vías de desarrollo. A esto hay que vincular la endémica dependencia del combustible, lo que cierra un cerco de ineficiencias y rentas monopolísticas que capan nuestro crecimiento y por añadidura nos hacen ser uno de los países más contaminantes del universo

Frente a esto, a lo largo de la última década se han llevado a cabo tímidos avances en diversificar nuestras fuentes de energía, y también en la concienciación ciudadana y empresarial de la valor del ahorro energético, para lo cual se creó la figura de las empresas de servicios energéticos.

El propósito es ayudar a la prosperidad empresarial y pública de las instalaciones eléctricas, mediante la adquisición de luminarias más eficientes, la realización de auditorías y la entrega de energía más barata, mediante la trama de operadores virtuales, al modo de la telefonía móvil.

Junto a esto se ha aventajado un gran sector de energías renovables, fundamentalmente minieólica y fotovoltaica, que han potenciado un importante impulso en empleo y ahorro en emisiones, mas las últimas decisiones vuelven a significar un freno incomprensible en el progreso de la diversificación energética, al volver a balancear el mix energético hacia las eléctricas y nucleares.

El último resquicio que ha dejado la Administración existente para el aumento de las renovables y la creación de Aerogeneradores es la expectativa de que los hogares se conviertan en centros de generación de energía y que puedan balancear su demanda entre la producción en el interior del mismo y el recurso a las compañías eléctricas.

El autoconsumo energético en las viviendas es fue una de las últimas decisiones que dejó en herencia el ministro Sebastián y el real decreto-ley considera el autoconsumo una trozo del sistema global de la gestión de la demanda que no supone recompensa económica y concede derechos al productor particular por la energía excedente que no agota, provocando al denominado balance neto. Por ello, el éxito de este sistema a través de la generación fotovoltaica, y minieólica, pasa por una un marco legal afable que impulse al sector y supere los obstáculos.

Esta legislación dará energía a una novedosa industria, formada por los fabricantes de aerogeneradores, de placas y paneles solares y de instalaciones minieólicas, cuyas estimaciones de empleo, cuando la legislación esté reciente y la información fluya hacia los potenciales usuarios, viviendas unifamiliares, sin embargo igualmente comunidades de vecinos, alcanza los 500. 000 empleos directos, algo que debería hacer pensar a los reguladores.

El elemental riesgo será, sin duda, la reglamentación municipal a la hora de cumplimentar las perceptivas licencias para instalar en muchos edificios las Aerogeneradores de pequeño tamaño.

Por lo visto hasta hoy en día, los grandes municipios no han puesto ningún empeño en la expansión de este estilo de instalaciones de energía minieólica o solar, especialmente cuando en Madrid hay una exención de hasta el 30% en el IBI si se instalan instalaciones fotovoltaicas en los edificios residenciales, y que conforme datos del municipio, ninguna persona ha solicitado por el momento.

El conflicto elemental es la financiación, al tratarse de inversiones con plazos largos de amortización, los usuarios necesitan fondos a largo plazo. Sin embargo, el interés de la Administración por apoyar las energías renovables no es correspondido por el acceso a la financiación ni tampoco por otro género de ayudas. Lo que hay son algunas figuras impositivas en cuestión de deducciones fiscales para la instalación de aerogeneradores y placas solares, para edificios, comunidades de vecinos, etc. Para los particulares, la línea ICO financia el 100% de la inversión con una TAE del 6, 6%.

Las instalaciones de renovables están gravadas con un IVA reducido del 8%, como mejora de instalación eléctrica en vivienda habitual. Y en renta, IRPF, la instalación cuenta con una deducción del 20%, para rentas inferiores a 71. 000 euros, al margen de la reducción del IBI durante tres años del 30%.

Las experiencias internacionales muestran que el balance neto funciona bien en Italia, debido a que por cada kilovatio que el particular vuelca en la red, la compañía le descuenta el pago equivalente a un kilovatio. También funciona razonablemente en Alemania y Estados Unidos, donde este mecanismo permite ahorros interesantes a los hogares y notables incrementos de empleo y de riqueza.

Debido a ello, es hora de poner a todo el sector, a los consumidores, a los productores, a los administradores de fincas y al legislador y órganos reguladores a trabajar por un mecanismo de ahorro, de generación de rentas y de impulso al sector de las energías renovables.

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