Edificioios Eco-Inteligentes

¿Imagina trabajar en una vivienda en el que no haga falta poner el aire acondicionado en verano sin desmayarse? No lo imagine, visítelo. Está en el Polígono de Raos, en una de las sedes de una empresa cántabra de energías renovables. Igualmente en Taiwan y en Estados Unidos… Son las naves industriales ecointeligentes. Obraes concebidas de tal forma que no solo ahorran energía, sino que la producen. Han instalado un aerogenerador de minieólica. Pueden antojarse una invención cara, imposible de materializar en tiempos de recesión. Aunque nada más lejos de la realidad que se vislumbra en un horizonte no muy lejano. Los edificios sostenibles constituyen actualmente una ventajas de negocio autentico. Tan real que el sector más condenado por la crisis sus miras en la reforma de pisos ruinosos en flamantes construcciones inteligentes. Son los auténticos brotes verdes dela construcción.
En volumen de edificios nuevos construidos, España ha tocado techo. El desafío ahora es dirigir la mirada hacia la rehabilitación, aunque desde un punto de vista de futuro, coherente con la evolución de los valores sociales. Y estos se dirigen hacia la sostenibilidad del sistema.
Más allá de las tendencias, existen datos que refrendan esta teoría. No es ocasional que la Unión Europea haya despejado una línea de financiación para proyectos dirigidos a transformar los edificios de las ciudades en ecológicos. La Asociación Europea de Eficiencia Energética en Edificación va más allá y ofrece unas previsiones optimistas en datos: en el año 2050 los barrios serán auténticas plantas de generación energética. Así, generarán 0 emisiones de Co2 y el sector de la construcción tendrá un 3% de paro.
Esto que puede parecer a utopía fue expuesto en el último congreso de ‘Edificios de energía casi nula’ celebrado esta semana en Madrid. Allí, expertos de distintas disciplinas pusieron sobre la mesa la conveniencia de negocio que supone esta nueva realidad.
La oportunidad, y el desafío a la vez, de introducir tecnologías limpias para que la inversión en rehabilitar los edificios permitan una regeneración ecológica de las ciudades”. Esto es imprescindible si se tiene en cuenta que hasta ahora, los núcleos urbanos generan el 80% de las emisiones de CO2 y, al tiempo, la población tiende a concentrar en zonas urbanas. Estas son el motor del desarrollo económico, social y tecnológico de los países, por consiguiente necesitan un replanteamiento para dejar de ser un dilema y devenir en una solución. “En 30 años se habrán invertido miles de millones de euros en las nuevas infraestructuras sostenibles. Y ahí está el negocio”, apunta Espiga.
Sobre el terreno, Tecnalia ya colabora con varios programas de proyección internacional en los que se está aplicando esta forma de rejuvenecer las infraestructuras antiguas. El modo de hacerlo tiene varias vertientes, que engloban desde nuevos materiales de aislamiento para que los edificios no derrochen energía hasta la introducción de placas solares y aerogeneradores de minieólica que permitan al edificio autoabastecerse y, a la vez, generar energía para el arrio.
En el campo de los materiales, por ejemplo, los responsables del proyecto MATER presentaron durante el citado congreso nuevas soluciones estructurales como el suelo descontaminante o los sistemas de regulación térmica que emplean el cristal y el agua. La tecnología da una nueva vida a la modalidad de hacer edificios y la renovación de los mismos constituye una vía de desarrollo.